"JAMÁS VAS A OÍR HABLAR DEL AMOR COMO LO HAGO YO, PORQUE NO TODOS TIENEN LA VIRTUD DE PODER ESCUCHARME"

19 de febrero de 2015



VI

Desde el día que le confesó a Agnes Dalí el secreto que formaba desde siempre parte de su vida, aceptó por un momento su destino. Tenía con quien ya no ocultarse bajo el disfraz de un ilusionista, de un mago. No sabía si era realmente un alquimista, pero era lo más parecido que conocía. Compartió sus días con Agnes Dalí, ocultando su amor por ella. La hizo feliz muchas veces convirtiendo un trozo de madera en su helado favorito. La lluvia de hojas secas que dejaba el otoño en el aleteo de canarios. Le alegraba sus días nublados, los días soleados… transformaba su entorno. Una ocasión Agnes Dalí se despertó con el ruido incesante del aleteo de muchas aves por el cielo, cuando se detuvo a mirar por la ventana, las aves dejaban caer de sus picos hojas de muchos colores, algunas secas, otras verdes; recogidas del parque más cercano, o tal vez transformadas de partículas de tierra. Viniendo de Yivrail Mihalik, Agnes Dalí no sabía con claridad lo que eran. Miró hacia afuera, frente a su acera, y se encontró a Yivrail Mihalik sentada, mirando hacia el cielo, viendo como las aves hacían su trabajo. Cuando las hojas terminaron de caer al piso, ya eran flores pequeñas de muchos colores. Agnes Dalí sonrió por tan humilde detalle, pero no podían permanecer por todo su patio sin causarle problemas. Le sonrió a Yivrail Mihalik con un gesto tierno y después lo negó con la cabeza. Yivrail Mihalik correspondió su sonrisa y miró hacia el piso. Cuando la mirada de Anges Dalí bajó, las flores se habían convertido en burbujas cristalinas, que poco a poco hacían pop en el aire, para evaporarse con el calor del sol o con lo tibio del suelo.

Pero Yivrail Mihalik se daba cuanta que no lograba transformar lo que había para ella en ella en su interior. Lo sabía cada vez que sus palabras de admiración y de cariño ya no le correspondían. Era cuando Yivrail Mihalik volvía a sentirse normal, común, insignificante en la vida de Agnes Dalí. Era cuando quería que su don pudiera transformar lo que ella misma no sabía cómo existía: el amor.

Miró los ojos de Agnes Dalí mirando a Solari Ecab. Vio cómo se transformaba el color de su mirada, como se sonrojaban sus mejillas… era algo más que todo lo hermoso que existía. Lo sabía, porque ella misma se encontró con el mismo sentimiento, con las mismas reacciones. Sentía como su mirada se iluminaba en los solis dies, cuando sólo la miraba pasar o cuando hablaba de ella… de su hermosa Agnes Dalí.

—¿Por qué no intentas cambiar sus sentimientos y que se enamore de mí? —preguntó Agnes con tristeza.

Su pregunta la hizo regresar a la realidad. A una realidad que no le gustaba mucho. Agnes Dalí, al igual que ella, tenía un amor no correspondido. Si pudiera transformar los sentimientos, se encontraría en una disyuntiva: transformar los sentimientos de Agnes Dalí para ella o hacer que la Solari amara a Agnes Dalí.

Yivrail Mihalik había sido egoísta toda su vida: convertía cualquier cosa para saciar su hambre, cualquier cosa para saciar su sed. Cualquier cosa para lo que necesitara. Era su don. Era suyo. Agnes Dalí no era suya. Sus sentimientos no le pertenecían.

—Intenta cambiarlos para mí —pidió Agnes Dalí—. Tiene que servirme de algo que seas alquimista. Haz que se enamore de mí.

Dio unos pasos hacia atrás, le sonrió y después dio media vuelta para seguir caminando. Yivrail Mihalik no encontró movimiento alguno en su cuerpo; su sonrisa, su mirada, aunque triste, siempre le paralizaba el alma.

—¡Vamos! —Agnes Dalí dio media vuelta para pedirle que la siguiera—. Sólo estaba jugando. Sé que no puedes hacer eso.

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Ya se mueve lento xD

DEJARÉ LA LUZ ENCENDIDA, PARA CUANDO ABRAS LOS OJOS NO TENGAS MIEDO, PARA QUE SEPAS QUE NUESTRA OSCURIDAD SOLO FUE UN PARPADEO TUYO

Me propongo ser de ti: tu mejor historia de amor.

Puedo amarte o no, depende de lo que en el camino se dé entre nosotras. Quiero decírtelo en un instante o puedo callarlo para siempre. Puedo ser una ilusión pasajera o una realidad que podría ser eterna. Quiero ser tu delirio, tu pasión, tu tranquilidad, tu felicidad y tu mejor sueño. Quiero ser y hacer mil cosas en tu vida… si me dejas ser parte de ella.

O podría ser como un libro para ti, ¿qué te parece la propuesta? Quiero hacer que te guste leer. Puedo ser una novela o un cuento corto en tu vida (incluso, puedo ser sólo un libro con la más hermosa poesía). Quiero ser tu escape o la forma más dulce de ver la realidad. Puedo aburrirte o llamar tu atención por completo. Puedes leerme por ratos si quieres o puedo robarme todo tu tiempo para que termines de leerme (porque no vas a poder evitarlo). Quiero ser la historia que quieras, según tu estado de ánimo. Puedo confundirte o puedo ser la lectura más simple. Puedes terminar de leerme y olvidarme, porque simplemente no es lo que te gusta.

Pero, ¿sabes? Me propongo ser tu libro favorito; al que siempre llevarás cerca de ti, al que guardarás bajo tu almohada o tendrás siempre junto a tu cama. Quiero ser las hojas que tus manos querrán tocar y las palabras que tus ojos no dejaran de ver. El libro que leerás mil veces porque te gusta y no hay mejor historia que la que has leído en mí. Me propongo ser las páginas donde se guardan las palabras que te harán soñar, sonreír y creer. Puedes subrayar las partes favoritas, las frases a las que regresarás cuando sientas necesitarlas. Seré el libro que sujetarás contra tu pecho mientras piensas en las cosas bonitas que has leído de mí. Quiero ser las palabras que te robaran una sonrisa, un suspiro o una lágrima. Sé que encontrarás palabras que ya habrás leído muchas veces en cualquier otro libro, pero la forma en que las leerás de mí, no las volverás a encontrar escritas de la forma en que las verás en mí. Quiero ser la mejor historia o sólo la más hermosa que hayas leído. Me propongo ser las palabras que vas a entender y no querrás olvidar. Quiero ser tu libro favorito, al que leerás cada día con calma, porque no querrás llegar nunca al final.

Me propongo ser de ti: tu mejor historia de amor.

No te enamores de un escritor

"No te enamores de un escritor, son arrogantes, exigentes, obstinados, calculadores, presuntuosos, inestables, caprichosos, impacientes, apasionados, celosos, intensos, dramáticos, hipocondríacos, adictivos, inevitables, locos, trágicos, inseguros (extremadamente), extraños, egoístas, solitarios, vulnerables, soñadores, nostálgicos, misteriosos; vamos, en una sola palabra: inexplicables. Pero ten la seguridad de que si uno se enamora de ti nunca lastimará tu corazón, porque es leal, sincero y bondadoso, ellos aman de forma diferente... En consecuencia intentarás dar el golpe primero, destrozarlo y despertarlo a la realidad. Sabes que hará literatura con su sufrimiento para volver a reconstruirse.

No te enamores de un escritor, porque tiene la mayor libertad de no hacerlo de ti. Y tendrá la bondad de no darte esperanzas, será franco y gentil, aunque lo sientas cruel. No te enamores de un escritor, pero si lo haces, habrás de conocer el amor más puro que jamás sentirás por ningún otro ser sobre la tierra; porque aquel, a quien no debes amar, te enseñará cómo es el verdadero amor.

No te enamores de un escritor, menos cuando te pide que no lo hagas. Te está protegiendo y se protege a sí mismo.

Y como último consejo: No enamores a un escritor, corres el riesgo de que te ame por siempre"

Si el amor...

Si el amor verdadero pudiera llamarse de otro nombre, tendría el tuyo. Si pudiera escucharse, tendría el dulce sonido de tu voz. Si pudiera verse, tendría tu sonrisa todos los días para contemplarse. Si pudiera sentirse, tendría la misma suavidad de tu piel. Si lo quisieran hacer aún más perfecto, tendría la belleza de tus ojos: en lo dulce de tu mirada. Tú eres el amor verdadero que el cielo me dio como regalo conocer. Amarte a ti fue amar más allá de todo. No importaba nadie… no importaba nada, solo tú y este amor que no tendrá fin dentro de mi alma. Es como volar sin tener miedo a caer, sabía que no me dejarías caer. Es creer que no importaba el aire para vivir si estabas conmigo. No importaba la luz del sol mientras tenía el brillo de tus ojos. No importaban los obstáculos porque lucharíamos contra todo y todos. Porque el tenerte a ti es vivir cada mañana recordando la ternura de tu sonrisa. Es tener la ilusión de verte cada día forjando tus sueños junto a mí y porque sé que cada día me hubiera enamorado más de ti.

Tú estás más allá del sentido del amor, porque me enseñaste de la manera más dulce la verdadera esencia, el propósito real y la inmortalidad del sentimiento…

Si en este largo viaje pudiera llevarme algo de ti, me llevaría tus recuerdos conmigo para evitar tu sufrimiento de que no volverás a verme. Simplemente porque me enseñaste el verdadero valor del amor, porque pediría vivir mil veces la misma historia a pesar de este final tan injusto… Tan sólo porque sé que ya no será en esta vida, pero sí en la próxima.