"JAMÁS VAS A OÍR HABLAR DEL AMOR COMO LO HAGO YO, PORQUE NO TODOS TIENEN LA VIRTUD DE PODER ESCUCHARME"

19 de febrero de 2015



V

Yivrail Mihalik recordó la manera tan cruel en que se dio cuenta que su don le trajo el primer sufrimiento a su vida, la única vez que lloró por mucho tiempo. Casi sintió que había matado algo. Tenía cinco años cuando su padre le regaló un perrito como mascota. Era pequeño y juguetón, como cualquier perro. Yivrail Mihalik a las dos semanas se sintió desesperada por la súplica de atención de su mascota: quería jugar; y Yivrail Mihalik no era muy paciente siendo tan pequeña. Convirtió al perro en una pelota de piel, grande, bicolor, de franjas rojas y marrones. Ya nada le exigía su atención. Cuando extrañó los gruñidos de su pequeño perro, intentó transformar la pelota en lo que era, dándose cuenta que no podía hacerlo. Convirtió la pelota en muchas cosas sin vida: un carro de juguete, una piedra; en infinidad de cosas, buscando la manera de que volviera a ser su pequeño perro. Nunca lo logró. No había sido su intención. No sabía que su don poseía un límite: nada volvía a transformarlo a lo que era. Lloró por mucho tiempo. Tenía cinco años cuando conoció una gran pérdida por su don. Sus padres pegaron carteles por toda la colonia intentando encontrar a su mascota que creyeron perdida. No podía decirles la verdad. Aquel perrito terminó siendo muchas cosas por su intento de regresarlo, hasta que Yivrail Mihalik lo convirtió en agua para evaporarse. Desde entonces no convertía nada vivo en nada inanimado.

Miró a Agnes Dalí, e intentó explicarle:

—Me robo la esencia de las cosas y de los seres vivos. La piedra que convertí en flor y después en mariposa, jamás volverá a ser una piedra.

Justo en ese momento aquella mariposa regresó en busca de lo que había sido y se posó en la mano de Yivrail Mihalik.

—No sé si las piedras sientan —decía con algo de tristeza, observando a la mariposa—. Pero tal vez extrañen ser lo que eran, lo que habían sido desde siempre, y regresan a mí por esa razón. Puedo transformar la piedra en cualquier cosa más, pero no lo que era al principio, porque me robé su esencia y no puedo devolvérsela jamás.

La mariposa camino entre su palma y se convirtió en un gusano, siguió caminando hasta convertirse en agua. Yivrail Mihalik alzó la palma de la mano y la gota resbaló por su brazo hasta disolverse en su piel.

Agnes Dalí estaba más impresionada que antes.

—¡Es extraordinario!

—Un poco… —respondió en un suspiro.

—Entonces sí transformas el plomo en oro —dijo sonriendo.

Yivrail Mihalik encontró una piedra más pequeña bajo su pie. La tomó en su mano y a los ojos de Agnes Dalí, la piedra empezó a brillar en un tono dorado. Lo había hecho así de fácil con un trozo de plomo que se encontraba sobre la mesa de un laboratorio, del último alquimista que conoció. No sabía sus componentes, ni siquiera los átomos que debían extraerse o agregarse para convertirse en lo que quería. Lo había hecho. Simple. Era su don. Los alquimistas no tenían las respuestas que deambulaban por su cabeza, eran mortales, humanos que buscaban desafiar el orden de la naturaleza. Yivrail Mihalik no necesitaba de desafíos, lo tenía todo a su voluntad.

—Cualquier cosa en oro —aseguró.

Agnes Dalí estaba fascinada por lo que estaba viendo. Intentó tomar la piedra entre sus manos, pero cuando pudo despojarla, se convirtió en una gota de agua que cayó al suelo como si estuviera congelada. No se evaporó en el piso, permaneció ahí, quizás también extrañando ser una piedra. Yivrail Mihalik la tomó con sus dedos y antes de que pudiera alzar la mano, ya la había evaporado entre su piel.

—¿El agua en vino? —siguió Agnes Dalí, con sus preguntas absurdas.

—Sí.

—Serías muy popular en las fiestas —dijo sonriendo.

—Lo sería —respondió—. No faltaría ni pan ni vino.

Le sonrió y su mirada se perdió en el infinito, como si huyera de algo.

—Puedes transformarlo todo.

Los sentimientos de Yivrail Mihalik no lograba transformarlos. Seguían constantes e inexplicables en alguna parte de su ser. Intentó buscar una respuesta a su don. Los verdaderos alquimistas eran brujos, científicos, hombres de ciencia que querían cambiarlo a base de fórmulas. Todo lo buscaban en lo que ya existía. Yivrail hacía lo que ellos no lograron en miles de años, lo que el hombre no lograría jamás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ya se mueve lento xD

DEJARÉ LA LUZ ENCENDIDA, PARA CUANDO ABRAS LOS OJOS NO TENGAS MIEDO, PARA QUE SEPAS QUE NUESTRA OSCURIDAD SOLO FUE UN PARPADEO TUYO

Me propongo ser de ti: tu mejor historia de amor.

Puedo amarte o no, depende de lo que en el camino se dé entre nosotras. Quiero decírtelo en un instante o puedo callarlo para siempre. Puedo ser una ilusión pasajera o una realidad que podría ser eterna. Quiero ser tu delirio, tu pasión, tu tranquilidad, tu felicidad y tu mejor sueño. Quiero ser y hacer mil cosas en tu vida… si me dejas ser parte de ella.

O podría ser como un libro para ti, ¿qué te parece la propuesta? Quiero hacer que te guste leer. Puedo ser una novela o un cuento corto en tu vida (incluso, puedo ser sólo un libro con la más hermosa poesía). Quiero ser tu escape o la forma más dulce de ver la realidad. Puedo aburrirte o llamar tu atención por completo. Puedes leerme por ratos si quieres o puedo robarme todo tu tiempo para que termines de leerme (porque no vas a poder evitarlo). Quiero ser la historia que quieras, según tu estado de ánimo. Puedo confundirte o puedo ser la lectura más simple. Puedes terminar de leerme y olvidarme, porque simplemente no es lo que te gusta.

Pero, ¿sabes? Me propongo ser tu libro favorito; al que siempre llevarás cerca de ti, al que guardarás bajo tu almohada o tendrás siempre junto a tu cama. Quiero ser las hojas que tus manos querrán tocar y las palabras que tus ojos no dejaran de ver. El libro que leerás mil veces porque te gusta y no hay mejor historia que la que has leído en mí. Me propongo ser las páginas donde se guardan las palabras que te harán soñar, sonreír y creer. Puedes subrayar las partes favoritas, las frases a las que regresarás cuando sientas necesitarlas. Seré el libro que sujetarás contra tu pecho mientras piensas en las cosas bonitas que has leído de mí. Quiero ser las palabras que te robaran una sonrisa, un suspiro o una lágrima. Sé que encontrarás palabras que ya habrás leído muchas veces en cualquier otro libro, pero la forma en que las leerás de mí, no las volverás a encontrar escritas de la forma en que las verás en mí. Quiero ser la mejor historia o sólo la más hermosa que hayas leído. Me propongo ser las palabras que vas a entender y no querrás olvidar. Quiero ser tu libro favorito, al que leerás cada día con calma, porque no querrás llegar nunca al final.

Me propongo ser de ti: tu mejor historia de amor.

No te enamores de un escritor

"No te enamores de un escritor, son arrogantes, exigentes, obstinados, calculadores, presuntuosos, inestables, caprichosos, impacientes, apasionados, celosos, intensos, dramáticos, hipocondríacos, adictivos, inevitables, locos, trágicos, inseguros (extremadamente), extraños, egoístas, solitarios, vulnerables, soñadores, nostálgicos, misteriosos; vamos, en una sola palabra: inexplicables. Pero ten la seguridad de que si uno se enamora de ti nunca lastimará tu corazón, porque es leal, sincero y bondadoso, ellos aman de forma diferente... En consecuencia intentarás dar el golpe primero, destrozarlo y despertarlo a la realidad. Sabes que hará literatura con su sufrimiento para volver a reconstruirse.

No te enamores de un escritor, porque tiene la mayor libertad de no hacerlo de ti. Y tendrá la bondad de no darte esperanzas, será franco y gentil, aunque lo sientas cruel. No te enamores de un escritor, pero si lo haces, habrás de conocer el amor más puro que jamás sentirás por ningún otro ser sobre la tierra; porque aquel, a quien no debes amar, te enseñará cómo es el verdadero amor.

No te enamores de un escritor, menos cuando te pide que no lo hagas. Te está protegiendo y se protege a sí mismo.

Y como último consejo: No enamores a un escritor, corres el riesgo de que te ame por siempre"

Si el amor...

Si el amor verdadero pudiera llamarse de otro nombre, tendría el tuyo. Si pudiera escucharse, tendría el dulce sonido de tu voz. Si pudiera verse, tendría tu sonrisa todos los días para contemplarse. Si pudiera sentirse, tendría la misma suavidad de tu piel. Si lo quisieran hacer aún más perfecto, tendría la belleza de tus ojos: en lo dulce de tu mirada. Tú eres el amor verdadero que el cielo me dio como regalo conocer. Amarte a ti fue amar más allá de todo. No importaba nadie… no importaba nada, solo tú y este amor que no tendrá fin dentro de mi alma. Es como volar sin tener miedo a caer, sabía que no me dejarías caer. Es creer que no importaba el aire para vivir si estabas conmigo. No importaba la luz del sol mientras tenía el brillo de tus ojos. No importaban los obstáculos porque lucharíamos contra todo y todos. Porque el tenerte a ti es vivir cada mañana recordando la ternura de tu sonrisa. Es tener la ilusión de verte cada día forjando tus sueños junto a mí y porque sé que cada día me hubiera enamorado más de ti.

Tú estás más allá del sentido del amor, porque me enseñaste de la manera más dulce la verdadera esencia, el propósito real y la inmortalidad del sentimiento…

Si en este largo viaje pudiera llevarme algo de ti, me llevaría tus recuerdos conmigo para evitar tu sufrimiento de que no volverás a verme. Simplemente porque me enseñaste el verdadero valor del amor, porque pediría vivir mil veces la misma historia a pesar de este final tan injusto… Tan sólo porque sé que ya no será en esta vida, pero sí en la próxima.