"JAMÁS VAS A OÍR HABLAR DEL AMOR COMO LO HAGO YO, PORQUE NO TODOS TIENEN LA VIRTUD DE PODER ESCUCHARME"

19 de febrero de 2015



VII

Yivrail Mihalik había observado por mucho tiempo a Solari Ecab. No sabía si lograría obtener los resultados esperados. Había transformado casi cualquier cosa, pero se había puesto un límite: no podía robarse la esencia de una persona. Lo había prometido, se lo había prometido a ella misma. No sabía las consecuencias de tal acción, nunca lo había hecho. Nunca de la manera en que lo pensaba hacer.

Recordaba a su pequeño perro, lo primero que había perdido gracias a su don. Se quedó en cuclillas. Su mirada como la de un gato curioso, como la de un perro herido. Abrazó sus piernas y descansó su mentón sobre sus rodillas. Quería que el impulso se fuera, que la abandonara. La siguió observando. ¿Y si lo hacía? ¿Obtendría lo esperado? Podía cambiar la forma, pero no los sentimientos. ¿Lograría, a través de los ojos pardos de Solari, mirar con amor a Agnes Dalí?

Miró su reflejo en un cristal cercano de su escondite. Sería la última vez que miraría su rostro, sus ojos, su nariz. Sonrió. La última vez que vería a sus labios curvearse para sonreír. Miró su la piel aceitunada de sus brazos. No lo vería más. Descansó su mentón sobre sus rodillas una vez más. Un mechón de su cabello negro se deslizó sobre su rostro. Todo iba a cambiar en ella en un momento. Volvió su vista al cristal. Se perdió en su propia mirada. Era dulce y compasiva. Miró su cuerpo acurrucado, esperando el momento preciso para irse.

La voz aguda y chillona de Solari Ecab la hizo despegar su vista de su propio reflejo. Ahora la miraba a ella. Sus gestos. El color de su cabello. La forma en la que caminaba. Su estatura. Su sonrisa. Y el color de su cabello. Eran totalmente diferentes. Todo lo opuesto se encontraba frente a ella. Todo lo que a Agnes Dalí le gustaba se encontraba frente a ella.

Se preguntaba qué esencia se robaría, si la suya o la de Solari Ecab. ¿Cuál de las dos desaparecería para siempre? Siguió mirando, maldiciendo tal vez su don, no podía transformar los sentimientos. Le hubiera resultado fácil hacer que Solari Ecab amara a Agnes Dalí. Lo pensó bien y por un momento se sintió desdichada. ¿En verdad lo hubiera hecho así? Si pudiera cambiar los sentimientos, por qué no cambiar los sentimientos de Agnes Dalí para que la amara a ella. Su mirada entristeció una vez más, y con más agonía que hace un rato. No hubiera sido capaz de hacerlo, la amaba tanto como para hacer que ella la amara sin sentirlo de verdad. Así que si su don tuviera tal poder, hubiera cambiado sus propios sentimientos, los hubiera transformado en un sentimiento más cercano, quizá como la amistad. Una lágrima recorrió su rostro. No era de tristeza, era de amor. Estaba dispuesta a todo, sin obtener nada a cambio. Su amor era desinteresado. La felicidad de Agnes Dalí era el principal objetivo.

Se levantó del lugar escondido de donde observaba a Solari Ecab. Cuando se dio cuenta que no había nadie a su alrededor se acercó a ella a pasos rápidos e inquietos. No habría tiempo de arrepentirse. Cortó en seco los pasos de Solari Ecab. Quedaron de frente, y una sonrisa apareció en el rostro de Solari. Yivrail Mihalik se miró en sus ojos pardos, se miraría por última vez en el reflejo de otros ojos; lástima que no habían sido los de Agnes Dalí. No pretendía quedarse, lo único que esperaba que no fuera transformado eran sus sentimientos. Era un riesgo muy grande, pero sabía que lo que sentía era mucho más fuerte y grande. Podrían permanecer sus sentimientos en otra persona.

Sin hacerlo un tanto consciente, la tomó con fuerza del antebrazo. Su mano se aferró muy fuerte. Solari sintió el hormigueo que le provocó la presión de los dedos de Yivrail Mihalik. No sintió miedo por su contacto, de hecho sintió que algo cálido empezaba a recorrer su brazo, después su pecho, sus piernas y por ultimo su cabeza. Miró los ojos de Yivrail Mihalik, como despidiéndose de todo lo que era ella misma, dando paso a algo desconocido, pero le gustaba.

Yivrail Mihalik estaba dispuesta a desaparecer para siempre. Su último truco, su última ilusión, la prueba de su verdadero amor: se robaría su propia esencia.

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Ya se mueve lento xD

DEJARÉ LA LUZ ENCENDIDA, PARA CUANDO ABRAS LOS OJOS NO TENGAS MIEDO, PARA QUE SEPAS QUE NUESTRA OSCURIDAD SOLO FUE UN PARPADEO TUYO

Me propongo ser de ti: tu mejor historia de amor.

Puedo amarte o no, depende de lo que en el camino se dé entre nosotras. Quiero decírtelo en un instante o puedo callarlo para siempre. Puedo ser una ilusión pasajera o una realidad que podría ser eterna. Quiero ser tu delirio, tu pasión, tu tranquilidad, tu felicidad y tu mejor sueño. Quiero ser y hacer mil cosas en tu vida… si me dejas ser parte de ella.

O podría ser como un libro para ti, ¿qué te parece la propuesta? Quiero hacer que te guste leer. Puedo ser una novela o un cuento corto en tu vida (incluso, puedo ser sólo un libro con la más hermosa poesía). Quiero ser tu escape o la forma más dulce de ver la realidad. Puedo aburrirte o llamar tu atención por completo. Puedes leerme por ratos si quieres o puedo robarme todo tu tiempo para que termines de leerme (porque no vas a poder evitarlo). Quiero ser la historia que quieras, según tu estado de ánimo. Puedo confundirte o puedo ser la lectura más simple. Puedes terminar de leerme y olvidarme, porque simplemente no es lo que te gusta.

Pero, ¿sabes? Me propongo ser tu libro favorito; al que siempre llevarás cerca de ti, al que guardarás bajo tu almohada o tendrás siempre junto a tu cama. Quiero ser las hojas que tus manos querrán tocar y las palabras que tus ojos no dejaran de ver. El libro que leerás mil veces porque te gusta y no hay mejor historia que la que has leído en mí. Me propongo ser las páginas donde se guardan las palabras que te harán soñar, sonreír y creer. Puedes subrayar las partes favoritas, las frases a las que regresarás cuando sientas necesitarlas. Seré el libro que sujetarás contra tu pecho mientras piensas en las cosas bonitas que has leído de mí. Quiero ser las palabras que te robaran una sonrisa, un suspiro o una lágrima. Sé que encontrarás palabras que ya habrás leído muchas veces en cualquier otro libro, pero la forma en que las leerás de mí, no las volverás a encontrar escritas de la forma en que las verás en mí. Quiero ser la mejor historia o sólo la más hermosa que hayas leído. Me propongo ser las palabras que vas a entender y no querrás olvidar. Quiero ser tu libro favorito, al que leerás cada día con calma, porque no querrás llegar nunca al final.

Me propongo ser de ti: tu mejor historia de amor.

No te enamores de un escritor

"No te enamores de un escritor, son arrogantes, exigentes, obstinados, calculadores, presuntuosos, inestables, caprichosos, impacientes, apasionados, celosos, intensos, dramáticos, hipocondríacos, adictivos, inevitables, locos, trágicos, inseguros (extremadamente), extraños, egoístas, solitarios, vulnerables, soñadores, nostálgicos, misteriosos; vamos, en una sola palabra: inexplicables. Pero ten la seguridad de que si uno se enamora de ti nunca lastimará tu corazón, porque es leal, sincero y bondadoso, ellos aman de forma diferente... En consecuencia intentarás dar el golpe primero, destrozarlo y despertarlo a la realidad. Sabes que hará literatura con su sufrimiento para volver a reconstruirse.

No te enamores de un escritor, porque tiene la mayor libertad de no hacerlo de ti. Y tendrá la bondad de no darte esperanzas, será franco y gentil, aunque lo sientas cruel. No te enamores de un escritor, pero si lo haces, habrás de conocer el amor más puro que jamás sentirás por ningún otro ser sobre la tierra; porque aquel, a quien no debes amar, te enseñará cómo es el verdadero amor.

No te enamores de un escritor, menos cuando te pide que no lo hagas. Te está protegiendo y se protege a sí mismo.

Y como último consejo: No enamores a un escritor, corres el riesgo de que te ame por siempre"

Si el amor...

Si el amor verdadero pudiera llamarse de otro nombre, tendría el tuyo. Si pudiera escucharse, tendría el dulce sonido de tu voz. Si pudiera verse, tendría tu sonrisa todos los días para contemplarse. Si pudiera sentirse, tendría la misma suavidad de tu piel. Si lo quisieran hacer aún más perfecto, tendría la belleza de tus ojos: en lo dulce de tu mirada. Tú eres el amor verdadero que el cielo me dio como regalo conocer. Amarte a ti fue amar más allá de todo. No importaba nadie… no importaba nada, solo tú y este amor que no tendrá fin dentro de mi alma. Es como volar sin tener miedo a caer, sabía que no me dejarías caer. Es creer que no importaba el aire para vivir si estabas conmigo. No importaba la luz del sol mientras tenía el brillo de tus ojos. No importaban los obstáculos porque lucharíamos contra todo y todos. Porque el tenerte a ti es vivir cada mañana recordando la ternura de tu sonrisa. Es tener la ilusión de verte cada día forjando tus sueños junto a mí y porque sé que cada día me hubiera enamorado más de ti.

Tú estás más allá del sentido del amor, porque me enseñaste de la manera más dulce la verdadera esencia, el propósito real y la inmortalidad del sentimiento…

Si en este largo viaje pudiera llevarme algo de ti, me llevaría tus recuerdos conmigo para evitar tu sufrimiento de que no volverás a verme. Simplemente porque me enseñaste el verdadero valor del amor, porque pediría vivir mil veces la misma historia a pesar de este final tan injusto… Tan sólo porque sé que ya no será en esta vida, pero sí en la próxima.